Ángel Bellón es el presidente local de Asaja en Membrilla. Asaja es una organización agraria con una gran representatividad en La Mancha, y en la feria regional agrícola celebrada hace unos días en esta localidad del centro peninsular ha tenido un papel destacado, siendo la única asociación profesional agraria con stand propio en este cónclave del melón y la sandía. Asaja además ha tenido presencia junto a AMFAR, que es la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural, entidad ligada estrechamente a Asaja. De hecho Lola Merino y las mujeres de AMFAR son responsables en buena medida de que hace cuatros años naciese esta feria, Ferimel.
Mientras que Ana y yo recorríamos el expositor para fijarnos en cada detalle que nos describiese los cultivares de esta tierra – desde los viñedos hasta el melón y la sandía pasando por la cebolla o el cereal – Ángel Bellón nos refería con orgullo a su presidente, que además de ser provincial es también nacional. Me refiero a Pedro Barato, manchego de Ciudad Real que es al mismo tiempo el máximo representante de la patronal Asaja a nivel nacional.
La superficie de sandía en La Mancha se multiplica en menos de un lustro
Ángel nos hablaba sobre todo del auge de la sandía en los últimos años. “Del 2% que había hace 5 años ahora ha llegado al 40% en la comarca Mancha”, enumeraba coloquialmente. Aunque no son datos oficiales, sirven para reflejar el crecimiento de la sandía – principalmente en la última campaña – a costa del melón, que sigue siendo mayoritario, pero que pierde superficie. Los tardíos del pasado año sufrieron los efectos del virus Nueva Delhi, lo que ha empujado a algunos productores a cambiarse a sandía, tanto mediante no se encuentre una solución definitiva al susodicho virus. Es curioso porque hace justo dos años, en la anterior edición de esta misma feria, cuando preguntaba a los manchegos por el virus Nueva Delhi me respondían que no sabían que era, y los que lo conocían – que no eran mayoría – me comentaban que era un virus de Almería, pero que no llegaría a las tierras manchegas. Da qué pensar, ¿verdad? Quizá ahora el Nueva Delhi donde menos preocupa es en Almería donde, en cierta manera, se ha aprendido a convivir con él.
Barbecho
El barbecho es una práctica habitual en La Mancha. Por eso, en el recorrido por estos paisajes es fácil verlo en los márgenes de cualquier carretera comarcal. Según nos explicó el presidente de Asaja en Membrilla, lo normal en una finca es cultivar un año melón, al año siguiente cereal, después la tierra se deja un año en barbecho, al siguiente otra vez melón, después cereal, más tarde la tierra descansa durante un año o se rota a sandías, cebollas o ajos. Tal descripción puede ilustrarnos sobre las prácticas habituales en el uso de la tierra en esta parte de España.
La conversación con Ángel Bellón la enriquecimos con otros contenidos, como los relativos a las ricas viñas de tintos y blancos (nos habló de la cooperativa Galán de Membrilla y de su bodega); los cereales de secano (para consumo animal) y los de regadío (trigo); nos comentó que la Interprofesional tiene recién aprobados los Estatutos; y el tema del agua, también apareció a mis preguntas. Las aguas subterráneas posibilitan esta agricultura. Y su escasez y mejor aprovechamiento es asunto prioritario y de máxima actualidad.
Los problemas de siempre
Finalmente en la entrevista apareció el asunto reiterativo de los bajos precios. Una mala comercialización, argumento que parece recorrer y vertebrar buena parte de las comarcas españolas de producción agrícola. Tampoco la atomización de la oferta y la desunión de los productores es asunto que se pueda atribuir a zona alguna. También en La Mancha el campo está desunido, desde la base, desde el primer eslabón, el del productor.
Ana Rubio