Gracias a unas “avispillas”, como las denomina Jan Van der Blom, que aparecieron en Santa Mª del Águila (El Ejido, Almería) y a las que ya se les ha puesto nombre: Necremnus tutae. En el marco de las jornadas de CASI sobre agricultura e igualdad en el medio rural el representante de Coexphal, Van der Blom – experto en control biológico – daba ayer una intensa charla en las instalaciones de la cooperativa en las que daba a conocer cómo gracias a la lucha biológica la plaga de la Tuta ya no es un problema de primer orden como lo era hace unos años.
La Tuta Absoluta, venida de Sudamérica, se identificó por vez primera en la Península Ibérica en 2006, en Castellón, y ya en 2010 estaba extendida por todo el Mediterráneo. En ese mismo año en una finca de El Ejido se encontraba dicho enemigo natural que ha demostrado su capacidad para reducir las poblaciones de Tuta.
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Desde entonces dicho parasitismo se ha estado estudiando en Almería, de tal manera que en 2015 hubo unos ensayos en once fincas, cuyos resultados daba a conocer Jan Van der Blom ante un nutrido grupo de agricultoras de CASI.
En las seis fincas analizadas, donde además no se han hecho tratamientos, estos parasitoides autóctonos habían logrado índices de mortandad en Tuta superiores al 75%. “Con estos datos se demuestra que estos parasitoides controlan la Tuta”, concluyó Jan.
Pero dichas avispas son muy sensibles a los tratamientos, de ahí que los resultados en las fincas con tratamientos no sean tan optimistas como los obtenidos en invernaderos sin tratar. “Así que la conclusión es que no hay que tratar para no interferir en el trabajo de este parasitismo”, apuntó Van der Blom.
En los últimos años estos enemigos naturales se han extendido. De hecho, el pasado año se encontraron en todas las fincas muestreadas desde la costa de Granada hasta el campo de Níjar.
El trabajo a partir de ahora sería intentar reproducir dichos parásitos. Varias casas comerciales lo han intentado sin éxito en los últimos tiempos. Coexphal se propone abordar este reto próximamente.
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El control biológico en pimiento mejora las exportaciones en 188 millones de euros
Este entomólogo ilustró, por otro lado, algunos de los grandes logros de la instauración del control biológico en Almería. En 2007 con la ‘crisis de los pimientos’ la provincia tocó fondo en superficie y exportación de este producto, pero en pocos meses se dio un giro de 180º a la situación con la implantación de los bichos, el llamado ‘compromiso verde’ del campo almeriense.
Desde 2007 hasta 2015 las exportaciones almerienses de pimiento han marcado un nuevo techo alcista. En ese período de tiempo el aumento de las exportaciones de este cultivo se traducen en un crecimiento de la facturación, vía exportadora, cuantificado en 188 millones de euros.
Ana Rubio