El agroparque de Bio Sol Portocarrero

Almería cuenta en la actualidad con 30.456 hectáreas invernadas. En realidad, bajo el llamado ‘modelo Almería’ caben muchas Almerías, también una menos conocida de invernaderos de alta tecnología, high tech. En la zona comprendida entre Retamar y Ruescas se concentran buena parte de los invernaderos más tecnificados de la provincia. De la mano de Sistemas de Calor (SDC) y Hortimax, Ana y yo realizábamos hace unas pocas semanas una visita a varias fincas de la enseña almeriense Bio Sol Portocarrero.

Esta empresa ya contaba con 6 hectáreas de multitúnel en Retamar, que han sido renovadas, a lo que se suman ahora 10 nuevas hectáreas de nueva planta, también multitúnel con ventanas de mariposa. En su interior temperatura media de 20 grados y una mínima de 17 grados, según nos comentaba durante el recorrido el Grower de la finca, José Miguel Acién.

Junto a este responsable técnico de Bio Sol, también nos acompañaron durante el recorrido Antonio Cambil, director de Sistemas de Calor, y Francisco Alonso, director general de Hortimax Growing Solutions, para describirnos los desarrollos que han llevado a cabo ambas compañías en el tecnoparque de Bio Sol Portocarrero.

Sistemas de Calor ha implementado un ‘traje a medida’ con la ingeniería y la ejecución de la instalación de calefacción y aprovechamiento de CO2; mientras que Hortimax se ha encargado de todos los automatismos desde el control del clima (ventanas, nebulización, pantallas, etc) pasando por la energía (calefacción y calderas de CO2) y el fertirriego.

Calefactar por la noche e inyectar CO2 por el día

José Miguel Acién nos hizo un pormenorizado recorrido por toda la finca, iniciándolo en el depósito acumulador de agua. Grosso modo, el quemador de gas genera la llama que calienta el hogar – que es la caldera – y el agua se calienta y se distribuye por tubos radiantes entrando en el invernadero – si se quiere calentar la finca por la noche o en las horas más frías del día – o acumulándose en el depósito. La caldera quema gas y genera CO2 que se inyecta por el día para que la planta coma.

Por cierto, un gas que viene de Argelia, vía Medgaz.

Ya un poco más detalle, según nos explicaron, la caldera genera una serie de humos que pasan por el condensador de gases, que filtra, depura y quita los gases nocivos para extraer el CO2 tan fundamental para la fotosíntesis.

El dióxido de carbono o CO2 se inyecta en el interior del invernadero. Redes en suelo y mangas de plástico microperforadas planta por planta y líneo por líneo.

Ciclos de once meses

Este agroparque o tecnoparque está dividido en cinco sectores. Sectorización de riego, clima, CO2, etc. Cinco climas totalmente diferentes, cinco fechas distintas de trasplante, cinco cultivos distintos, etc. Resultado de todo esto se pueden programar ciclos de once meses.

Según me comentaba Antonio Cambil, de Sistemas de Calor, un multitúnel que incorpora calefacción logra un incremento de la producción del 30%, que puede ser del 50% si añade además la inyección de CO2.

Una finca de Bio Sol sorprendente en cada tramo de su recorrido. En un momento dado Francisco Alonso me mostró un sistema de gestión de personal y de la producción, Productive Hortimax. Un sistema que mide numerosísimos parámetros. Por ejemplo, producción por líneo, tiempo en el líneo de cada empleado o chequeo de posibles plagas que se puedan encontrar en una calle. En fin, un sistema que cuantifica el trabajo del personal, recolecciones, número de cajas, etc, según las tareas asignadas. Un método objetivo para evaluar las productividades de cada trabajador.

Ya casi al final nos sentamos para ver sobre la pantalla del ordenador algunos resultados del software de gestión. Una especie de sala de máquinas desde la que se controlan todas las variables del clima, del riego o del uso de la energía, a través de datos y distintas gráficas controladas por el Grower.