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CABECERA AGRINOVA
Las fusiones. La otra cara de la realidad / Mergers. The other side of reality

Las fusiones. La otra cara de la realidad / Mergers. The other side of reality

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Durante años he estado dando noticias sobre futuras fusiones e integraciones empresariales, anunciando muchas de ellas, siempre desde el lado amable, incluso pudiera parecer que bendeciéndolas. Sin embargo, la realidad es mucho más amplia, como un diamante poliédrico. Así que me he decidido a mirar desde otro ángulo, una perspectiva desde abajo, a ras de suelo o, como me gusta decir, a pie de invernadero.

No es oro todo lo que reluce en esto de las uniones de empresas, como aseguran por el contrario los que tienen en la boca siempre la cantinela de la concentración de la oferta, ese sainete que se aprende todo aquel que quiere aparentar que sabe y entiende sobre agricultura. Sumar dos o tres departamentos comerciales para integrarlos en uno solo no debe interpretarse que tenga como resultado la multiplicación por dos o por tres de los clientes comerciales. La realidad de las concentraciones empresariales de compañías hortofrutícolas es bien distinta. Se echan a la calle a la mayoría de los comerciales y consiguientemente sus contactos. Eso por un lado, pero más tarde en el día a día se comprueba que, gran parte de las cooperativas que se han juntado, en realidad trabajaban para los mismos clientes, con lo cual no se abre ningún nuevo mercado. Y luego, en la práctica, la inercia de estos movimientos de compañías demuestra que siempre hay uno o dos compradores que no continúan con la nueva firma empresarial resultante de la fusión. En definitiva, ese previsible aumento de clientes se concreta a lo sumo en uno nuevo más o en dos, en el mejor de los supuestos.

Por otro lado, está el crecimiento real en kilos. Aquí se obvia una circunstancia que siempre se ha repetido en la historia más reciente del sector, como una constante invariable: el abandono de agricultores socios o colaboradores que deciden no seguir en el proyecto por motivos de lo más variopinto. Estos productores ya no suman sus kilos, y curiosamente muchas veces se entienden entre ellos para vender por libre. ¡Digno de estudio sociológico! ¿Estará relacionado este hecho con algún aspecto de la idiosincrasia hortofrutícola? Las estadísticas se pueden maquillar, en cualquier momento, pero la realidad del campo demuestra que detrás de cada proceso de concentración de la oferta ha habido un descenso del volumen de kilos en la nueva empresa resultante.

Otro aspecto. Las luchas internas tras las nuevas jerarquías y el reordenamiento de cargos. ¿Acaso no ha habido presidentes que enarbolaron la bandera de la integración y al año siguiente ya no pertenecían a esa cooperativa? ¿O cuántos de los directivos que empujaron las fusiones hoy día ya no están en su antigua empresa?

Son realidades a pie de campo molestas. Que se suelen esconder o que no interesa publicitar. Como tampoco hoy día a los medios de comunicación les conviene publicar el nombre de las empresas hortofrutícolas que están al borde de la ruina. Hay varias, una de ellas muy grande, que está siendo sujetada para evitar su batacazo por una entidad financiera que habitualmente acude al rescate en estos casos. Por cierto, ya hubo una compañía, felizmente a flote hoy día, que se salvó de caer en el abismo gracias a dicha entidad.

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Mergers. The other side of reality

For years I have been giving news about future corporate mergers and integrations, announcing many of them, always from the bright side, even it might seem that I was blessing them. However, the reality is much wider, like a multifaceted diamond. So I decided to look from another angle, a perspective from below, at ground level or, as I like to say, directly at the greenhouse.

All that glitters is not gold in this business mergers, as they say on the contrary those who has always in the mouth the mantra of concentration of supply, the farce who learns everyone that wants to pretend he knows and understands about agriculture. Adding two or three commercial departments to integrate them into one does not mean to increase by two or three times the commercial customers. The reality of the business concentrations of fruit and vegetable companies is quite different. They fire most commercials and therefore their contacts. That on one hand, but later in the day to day it is found that, most of the cooperatives that have joined, actually is working for the same clients, therefore it does not open any new market. And then, in practice, the inertia of these movements of companies shows that there are always one or two buyers who do not continue with the new company resulting from the merger business. In short, the expected increase in customers at most can be set in one or two new ones, at best.

On the other hand, it is the real growth in kilos. Here it is avoided a circumstance that has always been repeated in the most recent history of the industry, as an invariable constant: farmers’ partners or collaborators leave because they decide not to continue in the project for very different reasons. These producers do not add their kilos, and curiously they often come to terms with each other to sell for free. That is worth of sociological study! Is this fact related with some aspect of the fruit and vegetable idiosyncrasy? The statistics can be embellished at any time, but the reality of the field shows that behind every process of concentration of supply it has been a decline in the volume of kilos in the new merged company.

Another aspect. Internal struggles after the new hierarchies and the rearrangement of charges. Have not there been presidents who hoisted the flag of integration and in the following year they did not belong any more to this cooperative? Or how many of the executives who pushed the current mergers are no longer in their former company?

They are annoying realities at the own field. That usually are hidden or they are not interested in advertising. Nor today it is convenient for the media that they publish the name of the fruit and vegetable companies that are almost ruined. There are several ones, one of them very large, which is being held to prevent its bump by a financial institution that usually comes to the rescue in these cases. By the way, there was already a company, happily afloat today, which was saved from falling into the abyss by that entity.

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Acerca del autor

El agro auténtico.es | JoseAntonioArcos

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra; licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Complutense de Madrid, con título de experto en Unión Europea. Periodista especializado en información agrícola.

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0 Comentarios

  1. Francisco Javier Gonzalez Alonso

    No hace muchos días que el Gerente de Coexphal nos vampirizaba con los grandes resultados de las fusiones, bueno, bueno… si pudiese recuperar alguna grabación de esas reuniones con socios para convencernos de lo buenos de las fusiones, la visionaríamos y a mas de unos se le caería la cara de vergüenza, por mentiroso

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  2. GOYO

    CAJAMAR A MEDIO PLAZO SE TENDRA QUE REPLANTEAR SU PAPEL DE REFLOTADORA DE EMPRESAS O DE LO COTRARIO PERDERA MUCHO DINERO, ULTIMO CASO AGRIECO DEL GRUPO UNICA

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  3. Chevite

    Una oferta muy concentrada conduce a un mercado oligopólico y pone el mercado en manos de unos pocos. Cuando el agricultor tenga sólo dos o tres firmas a las que llevar su producto ¿quién perderá?

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  4. Loma

    Enhorabuena por tu articulo ,personalmente me parece uno de los mejores que has escrito.En esto de la agricultura hace falta gente que se moje y diga lo que piensa.Hace dias asistí a la asamblea extraordinaria de la cooperativa Casi, en la que se trato y se aprobó la «maravillosa» compra de la Agrupa lamería ,veremos a ver como termina esa operación.Aunque si le llevas la contraria a nuestro presidente puedes tener los dias contados en esta «nuestra» cooperativa,cuando digo nuestra ,es por que nos dicen que es «nuestra» y no de esa entidad que todo el mundo conoce.

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  5. antonio

    Bienvendio al mundo real,creia que era el unico que pensaba asi, al menos en voz alta. Esta es la verdad. los si miras las agendas y contactos de los»comerciales» te das cuenta que todos van al mismo sitio en diferentes momentos del dia y que fundamentalmetnamente no vende , sino que ofrence los productos a la baja.No existe en las fusiones ni en esta campo, lo que han venido vendiendo del «VALOR AÑADIDO».
    Felicidades por el articulo.

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  6. pablo campra

    Como siempre Jose Antonio tu sentido crítico te abre a una realidad negada por los tópicos de quienes no observan lo que ocurre. En efecto, la tan cacareada «concentracion de la oferta» no es la única salida al sector, y a veces como cuentas puede ser peor el remedio que la solución. A veces la salida puede ser la contraria: LA ATOMIZACION especializada. Muchos agricultores y empresarios están teniendo éxito buscándose la vida CREANDO NUEVOS MODELOS DE NEGOCIO de productos y servicios agroindustriales. El mercado funciona igual que la naturaleza, la SELECCION DARWINIANA no siempre premia a los más grandes, sobre todo en tiempos cambiantes como estos, sino a los PEQUEÑOS, CREATIVOS Y FLEXIBLES. Veasé lo que ocurrió a los dinosaurios…Un abrazo

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  7. Pablo R. Camacho

    Enhorabuena por el artículo José Antonio, dices lo que muchos piensan pero se callan por miedo a represalias. Esperaba que tú si ibas a decir nombres aunque supongo que a estas alturas todos saben cuáles son, pero es verdad que la gente que no es de Almería puede verse un poco perdida. En mi opinión, el problema real es el cómo y bajo qué condiciones se hacen esas fusiones. Creo que hay muchas que podrían hacerse de una forma muy positiva y sin agravio para el agricultor (más bien beneficios), que es el que desafortunadamente siempre, SIEMPRE, pierde en esto.

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    1. joseantonioarcos

      Hola Pablo,

      los nombres los conoce todo el mundo, sobre todo, teniendo en cuenta que este blog no es para iniciados. Para eso ya existen los periódicos, con un nivel de profundidad similar al de una bañera sin agua. Pero aquí la lectura está pensada para profesionales o al menos para interesados muy curiosos.
      La problemática de las uniones de empresas agrícolas, ya sean de tipo asociativo, cooperativo o fusiones puras y duras, nada tienen que ver con el ámbito geográfico. Te pondré un ejemplo. Recuerdo, no hace mucho, una conversación que tuve con un periodista catalán, especializado en este ámbito al igual que yo, que me relataba lo difícil que era juntar a las cooperativas de frutales de Lérida. Me hablaba de las mismas disputas, desconfianzas, privilegios y egos que habitualmente hay más al sur. Todo calcado, así que lo que cuento en este post es aplicable en Cataluña, Valencia, Murcia, Andalucía, La Mancha o Canarias. En realidad a todo el territorio nacional.

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