Salía con Ana del invernadero y era ya mediodía. Estábamos en La Cañada, así que pensamos en un lugar para comer. Como somos muy de redes sociales, nos acordamos del restaurante de Agrupalmería que se mueve mucho por el Facebook. Así que acabamos allí. Buena comida, en cantidad y calidad.
Cruzamos la puerta y a la izquierda en uno de los muelles varios agricultores estaban descargando sus tomates. Nos acercamos y dimos una vuelta por la subasta de Agrupalmería, que se divide en tres grandes zonas: tomate rojo, asurcado y verde. La nave estaba hasta arriba con mucho colorido y movimiento de personal. Pero la cámara de fotos la teníamos en el coche (…).
Pocos días después llamé a David Baños, marketing y comunicación del Grupo Femago, al que pertenece Agrupalmería, para que nos organizase una visita a la alhóndiga. Ahora sí con cámaras y pertrechados de papel y bolígrafos (porque aunque somos de digital, las notas siempre se hacen a puño) acudimos por segunda vez a la subasta a empaparnos bien, ahora que según dicen “estamos en el momento del año para ver los mejores tomates”.
Conocimos agricultores de La Cañada, El Alquián, Pujaire y de distintas zonas del entorno de Cabo de Gata, San Isidro o Campohermoso. Productores pequeños, pero que se han convertido en artesanos del tomate. Por ejemplo, José Antonio Soria con apenas 5.000 metros de invernadero en la zona del Nazareno saca liso con cuello verde que le da para vivir, ¡con apenas media hectárea!
“Nuestros agricultores son la Vega Sicilia del tomate, muy buenos productores que dan tomates de extraordinaria calidad”, expresaba Leopoldo Sánchez, director comercial de Agrupalmería y que lleva ya una década en la empresa.
El mayor volumen del tomate de la Agrupa queda en el mercado nacional. Canal horeca, fruterías de las grandes capitales (Madrid, Barcelona, Bilbao o Valencia), tiendas delicatessen, aunque también comentaron que hay líneas con supermercados.
Los asurcados copan gran protagonismo en la subasta. Del primogénito RAF vimos algunas partidas, pero pocas; sí en cambio de la variedad que lo sustituyó, Delizia, de la misma casa obtentora del RAF y que da continuidad a ese sabor tan característico. Nos mostraron algunas tablillas que superaban los seis euros y medio de este tomate, partidas que se fueron para Alicante y Madrid.
Luego probamos un tomate verde liso que se llama Salvador, una maravilla en la boca, pero nos explicaron que hay pocos productores con esta variedad porque requiere un manejo complejo.
12 meses de tomate. Y el año que viene ecológico
Las familias de Agrupalmería son asurcados, lisos, sueltos, ramas y peras. La subasta no cierra. Luego, en verano baja el volumen que se concentra esos meses básicamente en peras, ramas y sueltos. En el almacén de La Cañada se mueven al año en torno a los 50 millones de kilos de producto. El resto, hasta unos 70 millones, se suman de Agrupalmería-Campohermoso, sobre todo tomate rama y calabacín; y del centro de Vícar, en el Poniente, con rama.
Muy cerca está el cartón, Agrocañada. De cara a la próxima campaña quieren potenciar el segmento de la exportación y entrar en el ecológico. Para esto último empezarían con el tomate rojo, según nos refirieron.
Entre 700 y un millar de agricultores se mueven en la órbita de Agrupalmería. Conocimos a solo algunos de ellos, como Cayetano Sánchez, que empezó con el RAF e incluso antes con el Muchamiel; a Sergio Aguilera, de la zona de los Martínez, un oasis de sabor; a Paco Fernández, con sus asurcados negros; a José Antonio Soria, pequeño agricultor en cuanto a superficie y grande por su tomate verde liso; o a Juan Berenguel, productor de asurcados en Pujaire.
También saludamos a profesionales de otros sectores, como el transporte. Pedro Pelegrín, transportista (imagen superior), que lo explicó muy bien: “Estos tomates deberían venderse en la farmacia”. E incluso compradores de otras regiones, como José Luis (en la imagen inferior), que viene desde Murcia a comprar estos tomates.
En la visita también nos acompañaron, amén de David Baños y Leopoldo Sánchez; Ángeles Márquez, responsable de calidad y técnica de campo; Antonio Guirado, apuntador de RAF; y Francisco Becerra, jefe de ventas. Éste último nos explicó que su padre fue uno de los socios fundadores de Agrupalmería. “Yo me he criado aquí, como quien dice, en una caja de tomates…”.
Ana Rubio