Anómala, anómala es la campaña de melón de este verano en La Mancha. Y ya no se trata tanto de la entelequia del mercado libre que sube y baja, sino más bien todo lo contrario, el control del mercado cuando sube y la indiferencia cuando baja.
La campaña arrancó con precios por los suelos. Cotizaciones de entre 6 y 8 céntimos que han poblado la mayor parte del verano hasta hace apenas un par de semanas. Por poner un ejemplo. La cooperativa Santiago Apóstol. Más de la mitad de su producción ha coincidido con las muchas semanas de bajos precios.
Y digo lo de muchas semanas porque hace unos quince días los precios subieron debido al empuje de una mayor demanda que oferta de producto. Desde entonces se han mantenido estables, aunque hayan bajado algunos céntimos en los últimos días. Estuvieron hace una semana por encima de los 0,65 euros/kg y ahora en una horquilla que oscila entre los 0,45-0,55 €/kg. Esto quiere decir que en campo el precio es más elevado que el que se oferta en el lineal del supermercado.
Ante todo este escenario los números no cuadran. Está claro que en esta cadena agroalimentaria alguien, algún eslabón, está perdiendo o va a perder dinero. ¿Quién? ¿El proveedor de los supermercados? ¿El productor? Más caro el melón a pie de campo de lo que ciertas cadenas ofrecen en sus estantes. El refranero español es rico para explicarlo: Nadie da duros a cuatro pesetas.
Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha
Para encontrar algo de luz ante esta situación he querido hablar con el portavoz de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, también miembro de la Interprofesional. José Ángel Serrano Lara me hace una descripción de la temporada: “No recuerdo una campaña tan extraña como ésta, ni siquiera estaba justificado el precio tan bajo de los primeros meses, incluso por debajo de los costes de producción, y ahora vemos que no hay correlación entre el buen precio en origen y el precio final en las cadenas”.
Serrano Lara me explica que una de las claves puede estar en la política comercial de algunas cadenas que programan con los agricultores antes de que la campaña arranque “poniéndoles un precio de salida”. Una política de programación que lleva a que los supermercados que la implementan no están dispuestos a pagar un precio superior al pactado cuando así lo marca el mercado, situación que se está viviendo desde hace dos semanas.
José Ángel lamenta que en La Mancha el sector productor esté atomizado, siendo el mundo cooperativo minoritario, un porcentaje no superior al 5% del total. De este modo, la presión de las cadenas (agresiva por parte de algunas de ellas) y de los intermediarios propician situaciones anómalas como la actual, con los precios en la UVI durante media campaña y con una batalla comercial llena de promociones y ofertas cuando ascienden.
Hoy día el piel de sapo o melón verde se ha convertido en un artículo reclamo en los supermercados. La mitad de su temporada está en promoción en los lineales de diferentes súper.
Ana Rubio