Después de diez años de ausencia, esta semana se ha vuelto a celebrar en Albacete un encuentro internacional en torno a la cebolla, organizado por PROCECAM, la Asociación de Productores de Castilla-La Mancha. En él se han dado cita todos los agentes del sector, producción, comercialización e industria auxiliar.
Allí he estado con la idea de poder abordar un nuevo producto que vertebra la economía de muchas familias del interior de la Península. A nivel europeo España y Holanda son los principales productores de cebolla, siendo La Mancha la mayor región española y Albacete la primera provincia. España produce algo más de 1.300 millones de kilos de cebolla, Holanda está un poco por debajo con 1.280 millones en la última estadística, y más atrás está Polonia con 655 millones de kilos.
España, saldo comercial positivo
España exporta alrededor de 300 millones de kilos. “El resto nos lo comemos”, expresaba Alfonso Tarazona, presidente de la Asociación de Cosecheros y Exportadores de Cebolla, que añadía que “las exportaciones suponen un 10%, la mayor demanda viene de países terceros como Taiwán, Arabia Saudí o Estados Unidos, entre otros”.
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La importación española de cebolla es pequeña, apenas 70 millones de kilos, destacando la cebolla dulce que se compra a Perú. En realidad este saldo positivo no solo se da en España, sino en el conjunto de Europa, continente netamente exportador de cebolla al resto de regiones del mundo. “Europa exporta tres veces más cebolla de la que importa”, afirmaba Hans-Christoph Behr, experto de mercado de la agencia alemana AMI.
Europa, continente productor
Según los datos de esta consultora, Agramarkt Informations, para esta campaña 2017/18 la zona productora que más sube en superficie es Bélgica con un 28% más de hectáreas, y Holanda con un 6% más. Alemania y España caen levemente, un 2% y 3%, respectivamente, mientras que el mayor descenso se da en Italia con un 10% menos.
En Europa las siembras se concentran en primavera. En países como Alemania y sobre todo en Reino Unido crecen en la actualidad las producciones de cebollas rojas, que están de moda. En Italia los bajos precios han llevado que haya mucha cosecha almacenada.
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Holanda como paradigma exportador
Sintomático es el caso holandés, país que exporta los doce meses a todo el mundo. Sus exportaciones a África no paran de crecer, principalmente a países como Senegal y Costa de Marfil que incluso han llegado a poner por primera vez cuotas a la importación de cebolla foránea (paradójico, ¿verdad?). Para la segunda parte del año Holanda busca cliente receptor de sus cebollas, siendo Brasil el principal candidato.
Otros países exportadores son India, que vende sobre todo a sus vecinos hasta el punto de que es el primer exportador mundial. Además está Nueva Zelanda que envía cebolla a Indonesia, Malasia o Taiwán, entre otros. También ha metido la cabeza Egipto, que debido al veto de Puttin, tiene abierto un destacado flujo exportador a Rusia.
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Los españoles, los mayores consumidores europeos de cebolla
Dejo para acabar un capítulo muy importante como es el del consumo y la distribución. Según el panel de consumo de Kantar, España es el principal consumidor de cebolla, debido en gran parte al destino en fresco en las ensaladas, aspecto cultural de la gastronomía española.
Los hogares españoles tienen un consumo medio de 15, 5 kilos de consumo al año, le sigue Reino Unido con 9 kilos, Dinamarca y Alemania con 7,6 kg, Italia con 7,2, Austria con 7,1, Países Bajos con 5,4 o Francia con tan solo 4,9 kilos de cebolla por hogar y año.
Ya en España, y en cuanto a los canales de venta, los supermercados van ganando cuota año tras año. Si en 2014 el 39% de la cebolla que los españoles compraban provenía de los súper, en 2017 este porcentaje ha subido hasta el 48%. Los hipermercados se mantienen en torno al 9%, siendo las fruterías las que bajan sus ventas de cebolla en los últimos tres años, pasando de una cuota del 31% a la actual del 24%.
Dentro de los supermercados es Mercadona la referencia dominante en cebolla, seguida de establecimientos regionales, Carrefour y DIA.
Ana Rubio