Es autóctono, aparece de forma espontánea y no está disponible comercialmente porque es muy difícil de criar, según Jan van der Bloom, que impartía hace unos días una charla sobre control biológico en la cooperativa CASI. La conclusión del entomólogo, ya que de momento no se puede reproducir desde el punto de vista comercial, es favorecer su hábitat reduciendo siempre que sea posible los tratamientos ya que se trata de un enemigo muy sensible a los mismos.
Necremnus tutae puede actuar tanto como parasitoide como depredador y en poco tiempo es capaz de controlar la plaga de Tuta. En los últimos ensayos realizados en la primavera-verano de 2017 sobre 32 invernaderos muestreados en la provincia de Almería, en 22 de ellos se controló el 100% de Tuta gracias a Necremnus.
En Coexphal están evaluando cuáles son los productos que provocarían mayor mortandad en esta avispilla. Aún no hay datos concluyentes, pero Jan puso algún ejemplo, como los espolvoreos de azufre que tienen un efecto severo sobre este enemigo natural, así que serían recomendables otras alternativas.
Entre las recomendaciones enumeradas por Jan van der Bloom destaca la colocación de plantas como aliso, lobularia o cilantro para ofrecer néctar a los parasitoides. Floración para favorecer la existencia de los auxiliares.
Nesidiocoris
Este entomólogo de Coexphal dedicó gran parte de su exposición a hablar también del nesidiocoris en el contexto del control de plagas como la Tuta Absoluta. Un insecto que no es eficaz contra todas las plagas y que en momentos puntuales es susceptible de que cause algunos daños sobre la planta; pero sin embargo a día de hoy se erige como la solución más recomendable. “El nesidiocoris ofrece la mejor protección contra mosca blanca y trips”, apostilló van der Bloom ante un nutrido grupo de productores de tomate de la CASI.
“No hay plagas resistentes a enemigos naturales”, añadió, “por eso, no hay que aflojar en control biológico”.
Mientras que en pimiento la totalidad de la producción almeriense es bajo control biológico; en tomate – aunque rondaba hace varias campañas el 90% – sin embargo a día de hoy ha descendido dicho porcentaje. De ahí que otro mensaje importante que Jan van der Bloom reiteró durante su charla fue la necesidad de mantener la decidida apuesta por los bichos como método de trabajo frente a plagas y enfermedades. Una apuesta que se convierte en un elemento diferencial del campo almeriense. “No hay que relajarse”, recordó el entomólogo.
Para avalar esto último están, según él, las últimas resistencias que se están documentando frente algunos insecticidas. “Las plantas que tienen nesidiocoris son menos atractivas para la mosca blanca”, según algunos ensayos, argumentó, “y los invernaderos con nesidiocoris tienen menos virus, según la opinión extendida de los técnicos”.
Ana Rubio