Crónica de José Manuel Guerra.– Estuve hace unos días asistiendo a una Jornada de Virosis en Hortícolas, organizada por la Fundación Cajamar, Cohexpal, IFAPA y la Delegación de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía.
Se habló de esos enemigos de las plantas, invisibles y silenciosos, porque son tan pequeños de tamaño que para verlos hace falta un microscopio electrónico, y silenciosos porque no se les oye, aunque cuando están presentes en los cultivos, solo dan quebraderos de cabeza, se habló de las virosis en hortícolas, pasando revista a los principales virus que han afectado recientemente a los cultivos de hortalizas en Almería.
Se trató entre otros, del virus del rizado amarillo del tomate, también conocido como el virus de la cuchara del tomate, que parece que se ha presentado con mayor frecuencia en cultivos de tomate. Igualmente se trató del virus Nueva Dheli, aunque parece que ya se han encontrado resistencias genéticas en otras especies de calabacín o especies emparentadas con el calabacín por lo que es cuestión de tiempo que aparezcan en el mercado variedades con tolerancias a este virus.
Se trató también de otros virus conocidos como el Virus del Mosaico verde jaspeado del pepino, que ha tenido también una incidencia importante en cultivos de pepino porque es un poco complicado de controlar, ya que se difunde por contacto y por el sustrato y el agua de riego.
Una ponencia muy interesante tuvo lugar al tratar de la gestión de los restos vegetales cuando ha habido virosis en los cultivos, por lo que hay que extremar la precaución al tratar de utilizar esos restos como abono verde o compostado, ya que en muchos casos, la permanencia de los virus en desechos vegetales justifican que los procesos de compostaje y madurado de los residuos tengan que tener también un control sobre la permanencia de los virus en los restos.
Esta jornada tuvo una gran afluencia de participantes, y terminó con una mesa redonda en la que participaron todos los ponentes contestando las preguntas del público asistente.
Estos enemigos invisibles y silenciosos parece que están ligados a los cultivos de hortalizas en invernaderos de Almería, por lo que hay que procurar mantener una vigilancia constante sobre la aparición de señales de su presencia y tratar de poner remedio lo antes posible a su difusión.
José Manuel Guerra
Biólogo
José Antonio Arcos