La mayor cooperativa hortícola gallega nos abre sus puertas

Horsal fue creada en 1986 por una docena de productores de judía al aire libre. Con el paso de los años ha ido diversificando cultivos (lechuga, tomate, pimiento o coles, entre otros) bajo el paraguas de pequeñas explotaciones familiares con mano de obra local. Son algo más de 90 socios activos, unas 40 hectáreas de producción y sobre 3,5 millones de facturación. El gerente de la cooperativa, Fernando Veiga, amablemente nos ha abierto las puertas para mostrarnos un modelo cooperativo muy arraigado en el territorio.

Nos ubicamos en Cambados, en el centro de las Rías Bajas, un centenar de kilómetros más al norte de nuestro destino anterior. Es la comarca de Salnés, bien conocida por la producción de albariño, que en realidad se asienta en antiguas explotaciones de judías verdes que ante la competencia marroquí se reconvirtieron en viñas que dan color en la actualidad a los preciados caldos gallegos.

La mayor parte de los socios de Horsal se sitúan en la propia provincia de Pontevedra, sobre todo en un radio de acción de 20 kilómetros alrededor de la cooperativa, aunque hay un par de socios de La Coruña y Orense y cinco de Lugo, éstos últimos productores de repollo y cebolla. En cualquier caso estamos hablando de un modelo familiar, pequeños agricultores que pueden tener entre 1.000 y 4.000 metros cuadrados de producción, y en algunos casos – los menos – rondar la hectárea y media. No más.

Un modelo productivo que combina la producción a cielo abierto con la cubierta. Pero ¡ojo! porque son pocos los productores que se dedican en exclusiva a la horticultura, ya que son muchos los que compatibilizan las hortalizas con la viticultura o el marisqueo.

Lechuga

Horsal asienta su principal pilar en la lechuga, entre el 40-45% de su volumen total, ocupando la batavia sobre el 65% y la trocadero el 30%. Lechuga todo el año, en verano en la calle y en invierno en invernadero.

Pimiento Padrón

Ocupa alrededor del 20% del volumen. Se produce bajo abrigo y también al descubierto. Un ciclo productivo que va desde abril hasta octubre con semillas seleccionadas por la propia cooperativa. En el interior de las instalaciones el gerente nos pudo mostrar una línea de Flow-pack de pimiento padrón (200, 300 y 400 gramos).

Col, tomate, cebolla y judía

Las coles, al aire libre picudas y rizadas, pesan el 10% de los kilos de la báscula. El tomate representa sobre el 7% del volumen de kg, mayoritariamente tipo ensalada y una pequeña parte negro de Santiago, un tomate de sabor autóctono de Galicia, que supone unas 20 toneladas anuales en Horsal. Las plantaciones de tomate para verano se realizan en febrero y se recolecta desde finales de mayo hasta octubre, aunque este año – como toda la campaña ha ido más tardía por la meteorología – los primeros cortes se iniciaron en junio. En invierno también se produce tomate, pero en invernadero.

En cuanto a la cebolla supone otro 7% del total de kilos de la cooperativa, destacando la cebolla chata con la que Fernando Veiga aparece en una de las imágenes.

La judía verde, que en su día fuese el germen de la constitución de Horsal, ha quedado reducida a un 5% del tonelaje. Hoy día son alrededor de 60 toneladas que se venden en manojos de 500 gramos. Sobrevive gracias a la demanda de aquellos supermercados que priorizan el origen local al marroquí.

Otros hortícolas de la cooperativa son las acelgas y las espinacas, en invernadero durante los meses de frío.

Antes de marcharnos Fernando Veiga nos muestra la nave con dos líneas de Flow-pack de lechuga, más la antes mencionada para padrón, y líneas de mallas para cebolla, judía, acelga y col picuda.

El 85% de la producción de la cooperativa se destina a cuatro cadenas de supermercados, siendo el restante 15% para mercados centrales, mayoristas y fruterías. La exportación no es el mercado objetivo de la cooperativa, a excepción del padrón que también se envía a Reino Unido y Alemania.

Tras despedirnos de Fernando Veiga proseguimos viaje hacia la siguiente provincia, La Coruña. Más al norte.