‘La transformación digital del sector agrario’ es la primera guía española editada sobre una nueva realidad que se ha hecho cotidiana en nuestros días entre los ciudadanos y que ha penetrado en todos los sectores de actividad, incluido el mundo agrícola. La digitalización supone una auténtica revolución, al igual que fue en su momento la revolución industrial o anterior a ella la invención de la imprenta. La organización agraria COAG, en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación conscientes de los profundos cambios que se vislumbran ha editado una guía divulgativa dirigida a arrojar luz sobre esta era tecnológica.
La digitalización emula la acción de una locomotora. Cada vagón representa a un actor de la cadena agroalimentaria en un tren que no detiene su movimiento. De ahí que COAG enfatice la necesidad de que uno de esos vagones sea ocupado por la agricultura familiar, so pena de que quede descarriada y fuera del mercado en pocos años. La tarea, pues, consiste en evangelizar con los beneficios de una reducción de costes, con un mejor aprovechamiento de insumos o con el aumento de la productividad no tanto a los grandes productores – que conocedores de las mejoras anteriores ya han apostado por la ‘agricultura de precisión’ – sino y sobre todo a los pequeños y medianos agricultores que son los que viven más ajenos a la transformación digital y no son conscientes de que su futuro pasa por subirse a este tren.
El ecosistema digital se agranda día a día. Ahí está el ‘Internet de las Cosas’, el Big Data, el Blockchain, la Inteligencia Artificial, la Realidad Virtual y la Realidad Aumentada o el procesamiento en la ‘nube’. Además de la tecnología de sensores, drones, sistemas de navegación global, robots o el programa Copernicus y su familia de satélites Sentinel, entre otros.
“Lo más importante de todo este cambio disruptivo no es la incorporación de nuevas tecnologías a nuestra empresa o sector, sino el profundo impacto de esta nueva forma de trabajar sobre el modelo de negocio, la organización de las empresas, los procesos de producción, las habilidades necesarias y las relaciones con nuestros clientes y proveedores”, precisa la guía de COAG descargable en este enlace.
Incluso la Comisión Europea en la Comunicación ‘El futuro de los alimentos y de la agricultura’ destaca el papel de la digitalización en la agricultura europea en el horizonte 2020: “El desarrollo tecnológico y la digitalización permiten dar grandes pasos en el ámbito de la eficiencia de los recursos, reduciendo el impacto de la agricultura en el medio ambiente y el clima, aumentando la resiliencia y la salud del suelo y reduciendo los costes para los agricultores. No obstante, la adopción de nuevas tecnologías en la agricultura sigue estando por debajo de las expectativas y no está presente en la misma medida en toda la UE; hay una necesidad específica de abordar el acceso a la tecnología de las explotaciones pequeñas y medianas”.
Alimentar al mundo de un modo sostenible
Ese ecosistema digital antes descrito se configura como un aliado necesario para alimentar al mundo de un modo sostenible. La llamada ‘agricultura de precisión’ que es la traslación de la tecnología de datos a la toma de decisiones en el agro optimiza recursos clave como agua, suelo y energía, reduce emisiones como las de CO2 e incrementa los rendimientos productivos en calidad y cantidad.
“La transformación digital ofrece a las explotaciones agrarias toda una serie de oportunidades como son la posibilidad de acercarse directamente a los consumidores con información precisa sobre los productos y los procesos de producción, la reducción de pérdidas e ineficiencias dentro de la cadena agroalimentaria, la reducción del uso de insumos de producción con una aplicación mucho más precisa, la optimización en la toma de decisiones, la simplificación de procesos y tareas administrativas (condicionado a la interoperabilidad de los datos), la mejora del rendimiento y de la calidad de las producciones, el cumplimiento de la cada vez más exigente normativa de la PAC, etc”, describe en uno de sus capítulos la guía ‘La transformación digital del sector agrario’.
Por todo ello es importante que la transformación digital se adecúe al modelo de agricultura y alimentación mayoritario en España y en Europa, y no al revés, para no dejar atrás a la mayor parte de las explotaciones familiares. El factor humano, a pesar de la revolución agrotecnológica, seguirá siendo esencial en el futuro y marcará las diferencias en el campo de la agricultura.
Ana Rubio