El músculo de Almería supera los 3.000 millones €

Un informe hortofrutícola como el de Cajamar es complejo sintetizarlo en unas pocas líneas. Es un resumen de la última campaña almeriense 2017/18 ampliamente documentado, rico en datos absolutos y relativos y que según los ojos que miren y lean puede dar pie a variopintas lecturas, conclusiones e interpretaciones. Consciente de todo ello intentaré arrojar luz sobre algunas ideas que pueden alimentar la reflexión y el análisis. En cualquier caso me guardo la opción de volver a escribir sobre este estudio, una vez vaya desmenuzando más a fondo sus numerosas claves.

Más allá de la economía, la presentación de este año ha tenido una atmósfera diferente. La reciente marcha de Juan del Águila, el alma que obró el milagro de esta caja, fue recordada por todos los intervinientes, entre ellos Roberto García Torrente que le dedicó cálidas palabras y recordó algunos de los hitos más importantes que en las últimas décadas han hermanado el crecimiento del ‘modelo Almería’ con el de Cajamar. Personalmente me quedo con la imagen adjunta y las palabras de Juan del Águila: “¿Dónde podemos llegar? Mientras haya otros pueblos, otros países por delante de nosotros, tenemos recorrido”.

Además de la semblanza de Juan del Águila, García Torrente miró hacia el futuro para apuntar diferentes retos, entre los que está – y quizá el más importante – el agua y la búsqueda constante de alternativas. Roberto señaló además el mercado, la valorización de residuos o la sostenibilidad como otras variables a tener muy en cuenta.

Pero el grueso de la velada de este viernes noche recayó en el economista almeriense David Uclés que dibujó con finura algunas líneas maestras, tanto los retos y desafíos como las fortalezas. Seré conciso en cualquier caso.

Almería sigue creciendo en invernaderos, casi un 2% más de la última campaña en relación a su precedente. Las temperaturas y la meteorología siguen siendo determinantes, factores no controlables que inclinan todo el año agrícola. Dichas condiciones meteorológicas explicarían el descenso productivo pese al mayor número de invernaderos.

Así por ejemplo el año pasado hubo un crecimiento de la superficie de tomate superior al 10% y de sandía del 29% que, sin embargo, se tradujo en una caída del tonelaje del 1,5% en el primer producto y del 8% en el segundo. El volumen de kilos total de las nueve principales hortalizas (por orden alfabético berenjena, calabacín, judía verde, lechuga,  melón, pepino, pimiento, sandía y tomate) descendió un 0,9% para situarse en 3.256.595 toneladas.

El valor de esa producción también bajó, en porcentaje mayor aún que el de los kilos, en un 8% para contabilizar 1.924.796.000 euros. Una primera lectura, sin contextualizar, puede ser negativa; sin embargo, hay que subrayar que dicho descenso se produce en relación a un año anterior que había sido muy bueno. Para profundizar si la campaña pasada fue buena, mala o regular lo mejor es pensar en los siguientes datos que describiré a continuación.

Cajamar compara en su informe las cifras de 2017/18 con las del año anterior, pero también con las medias de los últimos cinco años (2012-2017) en términos de kilos, precios y valor de la producción. Y he aquí que la última campaña está un 11% por encima de la media de las últimas cinco campañas. Dicho esto, la campaña no puede considerarse mala, sino buena, aunque no haya sido la mejor de la historia como nos malacostumbraron las últimas ediciones del informe Cajamar.

Exportación récord

Otro pilar clave, y el que mejor describe la actual tendencia del sector, está en la exportación. No hace demasiados años que Almería se encontraba en un empate técnico entre exportación y mercado nacional, pero paulatinamente dicha batalla la ha ganado el mercado exterior que absorbe el 80,1% de la producción almeriense.

Es un dato revelador que tiene bastante lecturas, pero os las dejaré a vosotros, los lectores. Los mercados de destino son los de siempre, europeos. El único cambio significativo es que Polonia está a punto de desplazar a Italia en el top-5 de principales compradores de frutas y hortalizas almerienses. Se observa también que países de Europa del Este y de las últimas ampliaciones de la UE están ganando cuota de mercado.

Y como apunte, también destacado, el índice de concentración de la oferta que sube. Si en 2004/05 las cinco mayores empresas comercializadoras movían el 25,7% del volumen total de kilos en Almería, en la campaña 2017/18 esas cinco grandes copan una cuota del 39,4%.

Tecnova y la industria auxiliar

Mari Carmen Galera, gerente del Centro Tecnológico Tecnova, presentó tras David Uclés una radiografía del sector almeriense de la industria auxiliar que pretende ser una imagen aproximada de un segmento en constante crecimiento. Y digo lo de aproximada porque se han dejado fuera del estudio algunos subsectores, como el logístico – ya que es difícil determinar qué parte de la actividad es hortofrutícola y cuál pertenece a otros sectores – y ciertas empresas subsidiarias de multinacionales ya que es complejo segregar qué parte de su volumen de negocio pertenece a Almería y cuál no. Aún así, los datos presentados por Galera fueron muy jugosos. Por ejemplo, se repite la tendencia exportadora también en la agroindustria, ya que casi el 59% de estas empresas venden fuera, además de hacerlo en el mercado local.

Me voy a detener en la facturación de las empresas almerienses de la industria auxiliar. Si en 2013 se situaba en unos 850 millones de euros, en 2015 subiría hasta los 1.002 millones € y en 2017 ya alcanzarían los 1.166 millones €. Me he servido de estos datos, redondeándolos, para dar forma al titular. Si el valor de la producción genera casi 2.000 millones de euros y otros casi 1.200 millones la industria auxiliar, tenemos una cifra que supera ampliamente los 3.000 millones de euros. A nivel local, pocos lugares del país generan tales cifras. Motivo de orgullo y de responsabilidad porque como decía Juan del Águila, aún tenemos recorrido por delante.