Nuestra particular manera de darle la bienvenida a un 2019 que promete ser apasionante es el siguiente mosaico fotográfico editado por Ana. Las instantáneas elegidas para abrir el telón del nuevo año pertenecen a nuestra subida al monte Santa Tecla, una frontera natural entre España y Portugal. Son imágenes de nuestra visita a Galicia de hace unos meses, pero que no habíamos publicado y que teníamos en el cajón esperando un momento especial como puede ser el arranque de un nuevo año en el calendario.
Desde ahora en adelante, y hasta que agotemos el mes de diciembre, se nos sucederán doce meses para seguir dando valor y voz al mundo rural y a sus gentes. Seguiremos viajando por toda España y más allá de nuestras fronteras abriendo nuevos espacios al Agro Auténtico!
Al monte de Santa Tecla ascendimos con un melón y una sandía. Un piel de sapo y una rayada triploide, símbolos de nuestro campo, de nuestra huerta, ésa que por desgracia demasiadas veces es ignorada por la sociedad en su conjunto, incluso por el propio consumidor final. Durante los próximos doce meses seguiremos en la defensa del mundo agro, viajando con éstas y otras frutas y hortalizas, así pues enarbolaremos la bandera de un tomate, un pimiento o un pepino o la de cualquier otro cultivo nacido de la tierra y el terruño gracias al ingenio y esfuerzo de la mano del hombre.
El monte Santa Tecla es un rincón ideal para reflexionar sobre todo esto, el punto más al sur de Galicia solo separado de Portugal por el río Miño y su desembocadura en el interminable Atlántico. Desde allí se divisa la inmensidad que es si cabe más y más azul según se la respira.
Luego con más calma hay tiempo para saborear la gastronomía gallega, en algunas tabernas del propio monte o en las faldas del mismo, ya en el pueblo de La Guardia, una localidad que es testigo en su día a día de la singular mirada del océano Atlántico.
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Ana Rubio
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