Acaba la feria agrícola de Don Benito (Badajoz) y este importante evento no ha podido servir de punto de encuentro entre las autoridades y los agricultores de la Asociación Valle del Jerte y comarcas vecinas, que acumulan varios meses en espera de poder reunirse con la Consejería de Agricultura de Extremadura para poder recabar su apoyo ante la situación de crisis que atraviesa el sector de la cereza.
A final de año dicha asociación de agricultores solicitaba una reunión en la Consejería que no ha tenido respuesta positiva, según el portavoz de dicha asociación, Raúl Heras Navarrete, que subraya que ya son cuatro campañas seguidas con precios por debajo de los costes de producción. Y a pocos meses vista del inicio de la próxima campaña persiste la preocupación e incertidumbre de poder caer en una quinta campaña de pérdidas, situación del todo insostenible.
Diferencial de precios del campo a la mesa
Ante este complicado contexto de bajos precios se creó este pasado verano la Asociación Valle del Jerte y comarcas vecinas. El objetivo es defender un sector vital para la comarca y que actualmente se encuentra en una encrucijada. “La diferencia de precios entre el campo y la mesa es injusta, tanto para el productor como para el consumidor; por ejemplo, recuerdo cuando en la última campaña me estaban pagando las cerezas a 70 céntimos y después las veía en el supermercado a 14 euros el kilo, injusto para el productor y también para el consumidor”, describe Heras Navarrete.
En la última campaña los precios al agricultor oscilaron entre los 20 céntimos y el euro, cuando los costes de producción se sitúan entre los 1,30-1,40 €/kg, según el portavoz de esta asociación de agricultores. Anterior a esta crisis las medias de liquidación al productor estaban en torno a 1,5 euros/kilogramo, lo que permitía su rentabilidad. Un escenario que ha cambiado en los últimos ejercicios.
Si hace unos años la cereza del valle del Jerte dominaba el mercado español con una cuota del 80%, en la actualidad dicha presencia se ha reducido al 20%, según los datos de la asociación. Entre la competencia que viene del exterior, habría que destacar la importación de cereza venida de Turquía desde el mes de junio.
En el extremeño Valle del Jerte la campaña va desde mayo hasta mitad de julio, aunque se pueden encontrar las cerezas más tempranas a finales de abril y las más tardías en agosto. Son pequeños productores con superficies medias de entre una hectárea y media y dos ha.
En este momento se realizan labores de poda, incluso hay productores que están injertando nuevas variedades buscando algo más de calibre y una piel más dura, acorde con la automatización de las calibradoras. Todo ello con la mirada puesta en una próxima campaña llena de incertidumbre.
Ana Rubio