Por Rosalía Gómez, almeriense residente en Alemania
En estos tiempos que nos está tocando vivir de Covid-19 y de pandemia, mirar las estadísticas de los casos en España desde fuera de nuestras fronteras se convierte en pesadilla. Estamos acostumbrados a ver en los primeros lugares los resultados de fútbol, las buenas películas españolas, nuestras playas y nuestros paisajes, pero el primer lugar de unas estadísticas de este tipo, nos deja atónitos, no lo podemos llegar a creer. Aunque una situación de este calibre nos adentra en la ciencia ficción. No sabemos muy bien hasta qué punto la ciencia se ha transformado en ficción o la ficción se ha convertido en realidad.
Me dirijo a vosotros desde la región de Renania del Norte en Alemania, Nordrhein-Westfalen, uno de los Bundesländer alemanes con mayor índice de afectados, después de Bayern. La situación la estamos viviendo de modo muy similar a cómo la vivís vosotros allí. Desde el mes de febrero hubo ya eventos, como es el caso de Fruitlogística, en donde ya se tomaron ciertas medidas preventivas dirigidas al control de la expansión del virus, pero hubo algunos eventos que se escaparon al control como fueron la celebración de los carnavales, y las vacaciones de esquí en el Südtirol alemán, que movilizó a un gran número de alemanes por todo el país.
El 18 de marzo la Canciller, Angela Merkel, nos anunció por televisión la importancia de la situación, advirtiendo que era “algo serio” y que una situación así no se había vivido desde la Segunda Guerra Mundial. Pidió a todos los ciudadanos que nos quedásemos en casa y mantuviésemos las consiguientes medidas de seguridad, que todos ya conocemos. Desde entonces y hasta el 19 de abril, se mantienen colegios y un gran número de negocios cerrados, hasta nuevo aviso. Por supuesto, los alemanes pueden salir a pasear en bici, que es casi deporte nacional, o hacer cualquier otra actividad física. No hay el alto nivel de restricciones que en España, pero hay multas para aquellos que no respeten las medidas, enumeradas en un escrito que se hizo llegar a los ciudadanos.
A partir de las vacaciones de Semana Santa, que acaban el 19 de abril, se prevé la incorporación paulatina a la vida normal, como el comienzo de actividades escolares, poco a poco algunos colegios irán abriendo las aulas, asimismo se permitirá la apertura de restaurantes, con el mantenimiento de las correspondientes medidas.
Una de las preguntas que todos se han hecho desde el principio de la Crisis ha sido acerca del aprovisionamiento de alimentos y otros productos. El producto estrella ya en el mes de febrero, cuando aún no era pública una voz de alarma, fue el papel higiénico. Es algo increíble, que no dejamos de preguntarnos el porque. La pasta, arroz y productos no perecederos tuvieron también una subida de ventas en los supermercados, pero esos datos están dentro de la normalidad. Todo esto desencadenó en un aviso público, tranquilizando a la población acerca de la no necesidad de aprovisionar productos, no iba a faltar de nada y se tomarían medidas para ello, en donde se incluyen además las frutas y verduras, que por cierto, son las procedentes de España las que están también en el número uno de las estadísticas de compras de este país, superando a Italia, según datos del Ministerio de Agricultura y alimentación.
La política del Estado Federal alemán ha sido la del autoabastecimiento, siempre que sea posible. De acuerdo a los datos del cuadro que se adjunta, las frutas y verduras solo son autoabastecidas en un 22 y un 36 % respectivamente. Estos datos nos confirman la estrecha relación de suministro de frutas y verduras con los países del sur, y entre ellos estamos los españoles, y en concreto la verdura almeriense.
En el cuadro inferior se muestran los resultados de las últimas campañas de exportaciones/importaciones de verdura en Alemania, así como el grado de autoabastecimiento por año.
Todos conocen el esfuerzo que está haciendo el sector agrario español para continuar con el abastecimiento de productos agrarios, el esfuerzo de productores, trabajadores de almacenes, transportistas y por último, de los empleados/as de los supermercados. No se teme a una disminución en el consumo de producto fresco, a excepción de las causas habituales, como son el comienzo de la campaña agrícola en Alemania a partir de los meses de marzo/abril y la subida de las temperaturas debido al cambio climático.
Si el Virus no lo impide, la próxima semana podemos ir de compras al Súper y ver el estado de los precios y de la calidad. Mientras tanto os deseo un buen final de semana y sobre todo mantened la distancia de seguridad ;-).
Ana Rubio