El mayor coste de producción de un invernadero es la mano de obra, circunstancia que ha reducido los márgenes de rentabilidad de muchas explotaciones agrícolas, según los últimos datos de balance de campaña presentados hace unos días por Coexphal. En este contexto la tecnología se ha configurado como una posible solución para optimizar dichos costes laborales. La empresa Ridder, asentada en el PITA de Almería, ha diseñado varias aplicaciones que ya se están implementando en invernaderos de Almería que han empezado a hacer un control más exhaustivo de la productividad y de los rendimientos de sus trabajadores.
Uno de estos invernaderos es el de las imágenes que visitaba la semana pasada acompañado por Fausto Ramírez, responsable de esta línea de productos de gestión de trabajo y producción del grupo Ridder. Es una explotación de tomate cherry del campo de Níjar que ya hace varias campañas empezó a trabajar con la aplicación Ridder Productive, y debido a sus buenos resultados el propietario la ha implementado en otras fincas.
En las fotografías podéis observar los terminales fijos de Ridder Productive al pie de algunos líneos, desde donde se transmite instantáneamente información a una base de datos que servirá para que el productor pueda tomar todo tipo de decisiones sobre la labor diaria de su invernadero.
Desde que el trabajador entra en el invernadero o en el almacén de la finca la aplicación Ridder Productive arranca. De ahí que – aunque no fuese el cometido por el que fue diseñada – puede emplearse para marcar la entrada y salida de los trabajadores, según la nueva normativa que obliga a dicho registro.
Más en detalle, Ridder Productive puede instalarse con terminales fijos (se emplean cableados) o móviles (se usa wifi). En ambos casos el usuario, es decir el peón agrícola, debe introducir quién es, qué actividad va a realizar y dónde la va a hacer. Si se trata de una tarea de recolección, se introduce una cuarta pregunta para que el trabajador chequee cuántas cajas ha recolectado.
Del mismo modo para ganar en rapidez y agilidad el sistema asigna un número a cada trabajador, a cada líneo y a cada actividad, con lo cual en solo unos segundos se introducen los datos.
Códigos numéricos que sirven para marcar una amplia heterogeneidad de datos que van desde los kilos que se sacan de un líneo pasando por la señalización de cualquier posible plaga que se encuentre dicho líneo hasta la rotura de una banda, por ejemplo, o cualquier posible incidencia.
“Son diversas las variables”, comenta Fausto Ramírez, para enumerar a continuación algunas de ellas, como “rendimientos de planta por hora, los kilos totales por hora o la progresión de las actividades en tiempo real”.
Los sistemas de gestión laboral y productividad de Ridder tienen varias versiones, una de ellas es iScan. Los trabajadores llevan una aplicación de móvil Android para registrar rápida y fácilmente todo el trabajo que realizan durante la cosecha.
Se hace el escaneo de etiquetas con tecnología NFC. Se colocan en el invernadero varios tableros con las etiquetas recolección, tratamiento, destallado, entutorado, deshojado o limpieza, entre otras, que serán las que irán escaneando los operarios.
Del mismo modo, los usuarios pueden registrar observaciones acerca de una plaga o enfermedad. Incluso el intercambio de datos en tiempo real permite que los trabajadores puedan recibir ayuda o consejos mediante un servicio de mensajería instantánea.
Por último, otra de las opciones es la de Ridder iTeam, “líder de equipo”, en la que es el capataz el único que lleva la tableta en la que se van registrando los datos de cada trabajador. Ese responsable de campo es la persona que organiza el trabajo en el invernadero, asignando quién trabaja, dónde trabaja o cuándo lo hace.
En definitiva, diferentes sistemas de control laboral pero muy similares en los objetivos de optimizar los recursos humanos de la empresa productora (se puede ahorrar hasta un 20% en costos de mano de obra), poder calcular sus precios de coste de producción o conseguir la trazabilidad de cada producto.
Por ejemplo, el agricultor puede ver en tiempo real los kilos que se van haciendo y así puede hacer una previsión de las próximas horas para ajustar su planificación diaria o sus pedidos. Tiene a su disposición “un mapa de la finca” donde con apenas un golpe de vista puede observar de forma gráfica en la aplicación el trabajo que se va haciendo. Es una agricultura inteligente, cada vez de mayor precisión.
Ana Rubio